La resonancia magnética es una prueba de diagnóstico. Se trata de un examen imagenológico que utiliza imanes y ondas de radio potentes para crear imágenes del cuerpo de la persona. No se utiliza radiación, es decir, rayos X.
La resonancia permite obtener imágenes médicas que usan un campo magnético y ondas de radio generadas por computadora para crear imágenes detalladas tanto de los órganos como de lo tejidos del cuerpo.
Normalmente, las máquinas de resonancia magnética son grandes imanes y tienen forma de tubo. Cuando el paciente se recuesta dentro del aparato de resonancia magnética, el campo magnético provoca una realineación temporal de las moléculas de agua del cuerpo. De esta manera, las ondas hacen que los átomos alineados generen unas señales débiles que se utilizan para crear imágenes transversales de resonancia magnética.
En los últimos años, el aparato de resonancia magnética también ha permitido producir imágenes 3D para que se puedan visualizar desde diferentes ángulos.
Las señales que emiten las ondas electromagnéticas se recogen y se traducen en imágenes que pueden observarse en un monitor, permitiendo al profesional estudiarlas.
El aparato de resonancia magnética tiene forma tubular y está abierto a ambos extremos. Para realizar la prueba, el paciente deberá recostarse sobre una mesa móvil que se va a deslizar hacia el interior del tubo. El aparato crea un fuerte campo magnético alrededor del paciente, emitiendo ondas de radio hacia el cuerpo. Sin embargo, el paciente no sentirá dolor en ningún momento de la prueba.
En cualquier caso, la resonancia magnética puede tener una duración de entre 15 y 60 minutos, y el paciente debe permanecer completamente inmóvil, porque en caso contrario las imágenes pueden quedar borrosas.